
La etapa de elegir una carrera o decidir un rumbo profesional es uno de los momentos más significativos en la vida. Muchas personas se preguntan qué hacer para encontrar su vocación y cumplir con la realización personal. En este proceso, la figura del orientador vocacional resulta fundamental, ya que permite explorar intereses, habilidades y valores para tomar decisiones informadas y satisfactorias.
Se ha demostrado que tener claridad sobre la vocación no solo incrementa la satisfacción laboral, sino que también mejora la salud mental y la motivación intrínseca.
¿Qué es un orientador vocacional?
Un orientador vocacional es un profesional, generalmente psicólogo especializado, que acompaña a las personas en el proceso de encontrar su camino académico y profesional. Su trabajo consiste en identificar los talentos, intereses, valores y fortalezas del individuo para guiarlo hacia un futuro más coherente con su identidad y metas.
Según la teoría de Holland (1997), la elección vocacional depende de la congruencia entre la personalidad y el ambiente laboral. El orientador utiliza pruebas psicométricas, entrevistas y dinámicas reflexivas para evaluar esta relación y así ayudar a tomar decisiones más acertadas.
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¿Qué significa tener vocación?
El término vocación proviene del latín vocare, que significa «llamado». En psicología, se entiende como la inclinación profunda hacia una actividad o profesión que da sentido y propósito a la vida. Tener vocación no es únicamente elegir un trabajo, sino sentir que el camino seleccionado conecta con la identidad personal y los valores.
La investigación ha mostrado que tener vocación se asocia con mayor compromiso laboral, menor agotamiento emocional y un incremento en la percepción de bienestar.
Cómo encontrar la vocación

Encontrar la vocación no siempre es un proceso rápido ni lineal. Muchas personas sienten confusión o presión social al decidir. Un orientador vocacional trabaja sobre las siguientes dimensiones clave:
- Autoconocimiento: Identificar intereses, habilidades, rasgos de personalidad, tipos de inteligencia y valores. Por ejemplo, las pruebas como el Inventario de Intereses de Strong, o distintos test de aptitudes o estilos de aprendizaje, ayudan a explorar áreas de afinidad.
- Exploración: Investigar carreras, oficios y oportunidades profesionales. Esto con planes de estudio en universidades, contenido de cursos o entrevistas con profesionales.
- Evaluación de valores: Elegir opciones que estén alineadas al propósito de vida. Esto incluye altruismo, creatividad, prestigio, flexibilidad, etc.
- Análisis de alternativas: El orientador vocacional ayuda a comparar ventajas, desventajas y compatibilidad con los intereses y capacidades.
- Toma de decisiones: Integrar la información recogida y elaborar un plan de acción. Aquí, el orientador vocacional fomenta la autonomía y la capacidad de tomar elecciones responsables.
Asimismo, participar en voluntariados, cursos cortos o pasantías, puede ser útil, así como utilizar la visualización a futuro, es decir, cómo se ve uno en 5 o 10 años ejerciendo la profesión.
El modelo de toma de decisiones de Gati & Asher (2001) propone que el orientador vocacional debe acompañar al estudiante a reducir la ansiedad y la indecisión, facilitando estrategias prácticas para avanzar.
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Beneficios de la orientación vocacional
Acudir a un orientador vocacional ofrece múltiples beneficios psicológicos y prácticos:
- Reducción de la ansiedad: Ayuda a manejar el miedo a equivocarse.
- Mayor motivación: Alinear intereses y metas incrementa el esfuerzo sostenido.
- Prevención del abandono académico: Quienes eligen carreras coherentes con sus valores tienen menos probabilidades de desertar (Allen & Robbins, 2010).
- Construcción de identidad: El proceso fortalece la autoconfianza y la claridad sobre el futuro.
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Orientación vocacional en la vida adulta
Aunque suele relacionarse con adolescentes y jóvenes, la orientación vocacional también es útil en la adultez. Muchas personas atraviesan crisis de sentido, cambios de carrera o reinvención laboral. En estos casos, la ayuda profesional permite reencontrar la vocación y adaptarse a nuevas circunstancias.
La psicología positiva plantea que encontrar un propósito en la vida, incluso en etapas tardías, se asocia con mayor resiliencia y satisfacción.
Estrategias para avanzar hacia tu vocación

Si te preguntas ¿cómo encontrar mi camino?, estas prácticas pueden ayudarte:
- Reflexión personal: Piensa y escribe sobre momentos en los que te has sentido pleno y motivado.
- Explora intereses diversos: La flexibilidad sumada a la curiosidad abre las puertas hacia nuevas opciones.
- Acepta la incertidumbre: Es necesario entender que la vocación puede evolucionar con el tiempo. Asimismo, uno no necesita una única respuesta definitiva, es decir, puedes elegir un camino inicial y ajustarlo con la experiencia.
- Busca apoyo profesional: Encontrar la vocación por uno mismo es absolutamente posible, sin embargo, si se presentan muchas dudas o confusión, un orientador vocacional puede darte herramientas prácticas para estructurar tu decisión.
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Conclusiones
La vocación no es solo una elección profesional, sino un proceso de autoconocimiento que evoluciona con el tiempo, el cual requiere paciencia, pasión y fortalecimiento de valores.
Un orientador vocacional puede ser el acompañante ideal en este recorrido, brindando estrategias psicológicas y herramientas prácticas para encontrar un camino coherente con los valores personales. Tener vocación es, descubrir un propósito que da sentido a la vida y permite crecer en bienestar y realización.
Referencias