
Los trastornos mentales son uno de los principales temas en la actualidad, el boca en boca que más se reparte entre la sociedad y que al mismo tiempo está lleno de desinformación y muchos estigmas. Al ser algo psicológico, es invisible, y por lo tanto suele ser ignorado por el mundo al ser la gran mayoría de ellos una discapacidad invisible, y otros aunque no son discapacidades, sí que son limitantes para la vida de las personas, al impedirles vivir con normalidad.
¿Qué son los trastornos mentales?
La palabra trastorno lo explica por si solo: es una alteración del funcionamiento, una anomalía que se manifiesta mediante síntomas normalmente limitantes y que afecta el funcionamiento normal y fluido de la vida en cuestión.
Un trastorno mental, en el ámbito de la psicología hace referencia a ciertas condiciones que afectan el estado mental y psicológico de las personas, afectando así su estado de ánimo, habilidades cognitivas, patrón de pensamiento y comportamientos. Según la OMS, uno de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental, así que en realidad son bastantes comunes a día de hoy.
La alteración tiene que ser significativa, es decir que represente un verdadero cambio anormal y que complique varias áreas de su vida para poder ser catalogado como trastorno.
¿Cómo puedo saber que lo que me pasa es un trastorno mental?

Vamos a ponerlo con un ejemplo simple y para ello usaremos la ansiedad, un trastorno mental que lamentablemente está siendo muy común en la última década y también muy mal representado. Conocemos la ansiedad en su forma típica: inquietud, nerviosismo, ciertos síntomas físicos considerables, sin embargo, no se trata de un trastorno ansioso si ninguna de estas variables afecta nuestro estilo de vida.
Es decir, si estoy inquieta, nerviosa o ansiosa ante una situación que dentro del contexto es normal y no es algo que se arrastre a mayores, no es un trastorno ansioso. Es ansiedad como rasgo, no como un diagnóstico.
En cambio, si éstos síntomas y variables persisten, son continuos, pesados, complicados y hasta dificultan la vida diaria de la persona (impiden que pueda socializar, trabajar o vivir), entonces hablamos de un trastorno.
Es decir, no se trata solo de sentirse triste o estresado, o ser muy inquieto, sino de tener una serie de síntomas que pueden ser considerados desproporcionados y no desaparecen de la noche a la mañana.
¿Cómo se diagnostica un trastorno mental?
Siempre con un profesional. Tanto psicólogo, como psiquiatra, son expertos en el diagnóstico de distintos trastornos mentales, y para su correcto diagnóstico es importante conocer que al haber tantos y distintos, cada uno tiene su procedimiento, pero siempre con un profesional. Mediante entrevista, algunas pruebas y una serie de procedimientos no invasivos.

¿Esto quiere decir que tus dudas sobre si tienes o no un trastorno no son válidas, aunque hayas investigado todo sobre esto? No nos malinterpretes, tranquilo, es normal que, si en algún momento de tu vida consideraste que puedes verte identificado con ciertos síntomas de algún trastorno, creas que ya tienes un diagnóstico. Tiktok te lo dijo, Chatgpt te lo dijo, la explicación tuvo basamentos y todo aquello, y está bien: no es diagnóstico, pero tienes una base para encontrar uno cuando asistas con un profesional.
El autodiagnóstico puede ser peligroso, sí, pero, aunque muchos quieran hacerte creer que es el enemigo número uno, es una buena base para empezar a descartar o afirmar realidades.
El diagnóstico normalmente suele hacerse mediante una aprobación de criterios en los dos manuales más utilizados a nivel mundial por los profesionales de la salud mental, que son:
- DSM-5-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), publicado por la American Psychiatric Association. El más común utilizado por psicólogos.
- CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades), publicada por la Organización Mundial de la Salud. Más comúnmente usado por médicos y psiquiatras.

¿Qué ocasiona un trastorno mental?
Al ser tan amplia la lista de trastornos, no podemos dar una respuesta fija que diga “ocurre por esto”, suelen ser el resultado de muchos factores que interactúan diariamente en una persona, entre factores biológicos como la genética o desequilibrios neuroquímicos. Como factores sociales, entre los que está la crianza, el estatus económico, presencia de violencia; y factores psicológicos, como experiencias traumáticas.
Dar una respuesta absoluta es tirar una flecha al aire. Los trastornos mentales pueden ocurrir por diversos motivos y no suele ser por culpa de la persona que lo sufre, nadie quiere tener ansiedad o un trastorno del neurodesarrollo.
Tipos de trastornos mentales
Son demasiados. Créeme cuando lo digo, el DSM-5-TR marca una serie de categorías y tipos clasificados así para la facilidad del diagnóstico, que se divide en:

- Trastornos del neurodesarrollo
- Trastornos psicóticos
- Trastorno bipolar
- Trastornos depresivos
- Trastornos de ansiedad
- Trastorno obsesivo compulsivo
- Trastornos relacionados con trauma y factores de estrés
- Trastornos disociativos
- Trastornos somáticos y trastornos relacionados
- Trastornos de la conducta alimentaria
- Trastornos de la excreción
- Trastornos del sueño-vigilia
- Disfunciones sexuales
- Trastornos de la personalidad
- Trastornos paralíticos
- Trastornos neurocognocitivos
- Trastornos relacionados con sustancias
- Trastornos disruptivos
- Otros trastornos mentales

Y cabe destacar que, dentro de cada una de las categorías, se encuentran otros tantos de forma mucho más específica, por lo que hablar de todos ellos es extenso y pesado. Sin embargo, los trastornos mentales más comunes son:
- Depresión: caracterizados por la desregulación del estado de ánimo, con la pérdida de interés, desmotivación, tristeza y llanto.
- Trastorno bipolar: los trastornos bipolares, junto a la depresión, son de los más frecuentes en la psiquiatría, y explica una variabilidad entre episodios depresivos y maníacos.
- Trastornos de ansiedad: preocupación excesiva y desproporcionada, en este se encuentran las fobias específicas, el trastorno de estrés postraumático y también el trastorno obsesivo compulsivo.
- Trastornos del neuro-desarrollo: afecta directamente el desarrollo del sistema nervioso, neurológico y del propio cerebro de la persona, causando así problemas en distintas áreas como comportamental, intelectual, social, etc. En este, los más conocidos son el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Esquizofrenia: caracterizado por una afectación de la percepción de la realidad, la esquizofrenia es conocida por sus delirios, alucinaciones y pensamiento desorganizado.
- Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): de lo más frecuentes en jóvenes, los TCA representan varias enfermedades crónicas que se ven representadas en la ingesta o la no ingesta de los alimentos. Se encuentran nombres conocidos como la anorexia y la bulimia nerviosa.
- Trastorno límite de la personalidad (TLP): patrón de inestabilidad emocional caracterizado por picos de percepción errónea de uno mismo, relaciones turbulentas e impulsividad.
¿Qué hacer ante un trastorno mental?
En gran parte de los casos, el tratamiento para los trastornos mentales es efectivo cuando se implementa de forma eficaz, multidisciplinaria y con mucho esfuerzo. Pero es importante saber que, claramente, todo dependerá de cuál trastorno será aquel al que nos estemos enfrentando.
Independientemente de ello, la terapia psicológica es una de las principales opciones con sus múltiples enfoques que se adaptan para cada necesidad.
El tratamiento farmacológico, de mano de médicos y psiquiatras será de gran ayuda cuando se trate de algún trastorno mental con origen biológico o con desbalances de neurotransmisores.
Además, nunca hay que olvidar el peso que tiene el apoyo social. Amigos, familias, incluso programas de compañía psicológica como grupos de ayuda.

Tener un trastorno mental no es cosa fácil, y no hay unos más sencillos que otros ya que cada uno tiene su complicación. Sin embargo, no son motivo para apartarse, ni alejarse, no son un estigma, sino una pequeña limitante para todo aquel que lo sufre; tu trastorno no te define, y aunque marca una parte considerable de tu forma de ser, lo importante es reconocerlo y poder trabajar en conjunto para luchar contra éste y encontrar el mejor de los bienestares.
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Referencias bibliográficas
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5. ª ed., texto revisado).