
El trastorno bipolar y su tratamiento suelen ser víctimas de malos entendidos, les llaman exagerados, son el foco principal de muchos chistes sobre los cambios de humor y es, lamentablemente, uno de los trastornos que más cantidad de desinformación rueda por internet éstos días. El trastorno bipolar es un problema real, una alteración real de los estados de ánimo, y que genera gran malestar a quienes lo sufren por las dificultades que trae para su vida diaria, pero ¿existe una forma de vivir en armonía con ello? ¿Es posible con tratamiento?
¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar se trata de una fluctuación patológica del estado de ánimo, es un trastorno crónico, y persistente que va más allá de “simples cambios de humor abruptos”; de mala manera, se cree que el trastorno bipolar consiste en personas que pueden pasar de estados de ánimo como felicidad, tristeza o rabia de un segundo a otro, pero la realidad va más allá que solamente eso. Las personas con trastorno bipolar oscilan entre los polos de la manía o la hipomanía, y la depresión, con duraciones que pueden ir desde días, hasta meses.
El principal factor para la desinformación recae en la mera definición, se conoce al trastorno bipolar por ser un cambio del estado de ánimo, y ahí es dónde muchos prefieren quedarse antes que indagar más allá. Erróneamente puede llegar a usarse el término con naturalidad, sin peso, pero ésto invalida las vivencias de las personas con trastorno bipolar que sufren día a día con la presión que ya por sí sola representa.
Según la OMS, en 2015, el 3% de la población mundial tiene trastorno bipolar, lo que es aproximadamente unas 350 millones de personas en el mundo, y hablamos solo de las debidamente diagnosticadas.
¿Qué es la manía y la depresión?
El trastorno bipolar está caracterizado por su eterno viaje entre la fase maníaca, y la fase depresiva. Aquí es donde suele ocurrir esa falsa percepción de que la bipolaridad es pasar de un estado emocional a otro, de triste, a molesto, a feliz, en cuestión de corto tiempo, pero aunque esas son consideraciones de estado emocional, el trastorno bipolar en realidad consiste en:

- Fase maníaca: estado de ánimo elevado de forma anormal y errática, aumento de la actividad y la energía, euforia. Se puede comparar hasta cierto punto a un momento de mucha adrenalina dónde hay gran elevación en el estado de ánimo, alegría, aumento de autoestima, la persona en cuestión tiene energias repentinas de hacer todo lo que desea, de conducta impulsiva y energica. Se suele ver como patrón de conducta el inicio de planes nuevos, de emprendimientos, de actividades que se tenían por hacer.
Pero su aumento de energía es también contraproducente, ya que la manía impide la correcta funcionalidad y puede incluir síntomas y comportamientos psicóticos, por lo que la fase maníaca no se trata de “estar muy feliz y con mucha energía”, sino de un comportamiento errático y muchas veces, irracional e impulsivo. La hipomanía, por otro lado, es una variación menos intensa de la manía, sin la parte disfuncional. Éste estado suele durar,como mínimo, una semana.
- Fase depresiva: Después de una fase maníaca, viene una fase depresiva en dónde el ánimo cae en picada a un estado que refiere a muchos de los síntomas de la depresión, que puedes revisar en éste artículo, con fatiga, insomnio, baja energía, falta de motivación y pensamientos de desesperanza. No puede existir trastorno bipolar sin éstas dos fases.
Trastorno bipolar y su tratamiento y formas de lidiar con este en el día a día
Lo principal es estabilizar el ánimo, debido a su característica de fluctuación constante, es importante conocer el patrón que habitualmente el paciente llega a tener y así poder tener un abrebocas a la forma en la que podremos estabilizar estos cambios, por lo que:
- Tratamiento farmacológico
En este caso especial, el trastorno bipolar y su tratamiento con medicación es fundamental para su control más correcto, así que la asistencia a psiquiatría es principal para una evaluación que pueda brindar la mejor guía sobre qué medicación tomar y cuál puede ser la más adecuada para cada caso, ya sean estabilizadores de ánimo como el litio, antipsicóticos (dedicados a los episodios maníacos, por ejemplo), antidepresivos, y en algunos casos el uso de anticonvulsivos también es considerado, ya que ciertas medicaciones ayudan a estabilizar el estado de ánimo.
- Terapia psicológica
Como se ha dicho más de una vez, todo proceso terapéutico es un trabajo multidisciplinario, un trabajo en equipo que requiere de varios para poder ser eficaz y preciso. El apoyo psicológico es vital para el desarrollo de una estrategia contra el trastorno bipolar y su tratamiento consiste en ayudarle a entender la enfermedad y su factor psicológico, junto a herramientas que le permitan manejar las situaciones a las que la fluctuación emocional le expone.
Estilos de terapias recomendadas pueden ser la terapia cognitivo conductual, debido a su objetivo en identificar y cambiar patrones de pensamiento, para así cambiar también la conducta. Así como también la terapia de aceptación y compromiso, el psicoanálisis, o la terapia interpersonal y social. El estilo terapéutico que desee utilizarse dependerá más que nada de los objetivos, y de la comodidad de la persona en cuestión a la hora de estar frente a uno de los terapeutas.

- Psicoeducación
Las personas con trastorno bipolar necesitan entender este trastorno, entenderse a ellos, así que es importante involucrar un proceso de educación para ellos y su círculo más cercano, acompañarlos en aprender sobre el trastorno para que reconozcan los síntomas desencadenantes de cada fase, y así estar prevenidos y preparados.
- Prevención de recaídas
Existe un debate sobre el trastorno bipolar y su tratamiento: ¿puede curarse? muchos dicen que no, que es algo persistente en la vida; mientras que otros dicen lo contrario, que puede desaparecer. Lo que sí es una seguridad absoluta, es que es posible trabajar en el trastorno bipolar y su tratamiento para lograr disminuir los criterios necesarios para su diagnóstico, y ciertamente podríamos considerarlo una forma de curarlo.
Por ello, prevenir las recaídas es fundamental. Y lo primero que tienes que saber: van a ocurrir. Y no significa que hayas fallado o nunca vayas a poder salir de éste ciclo, sino que las recaídas son más comunes de lo que parece, por eso es muy necesario estar preparado para ellas, tener un plan de contingencia y saber cómo prevenirlas. Y si no puede prevenirlas, saber cómo actuar al volver a caer.
Por ello, se debe: reconocer los síntomas tempranos de la entrada de casa episodio o fase. Seguir el tratamiento sin variación, tanto psiquiátrico como psicológico y, por último, continuar aprendiendo y tenerte paciencia. Sí, a tí mismo.

El trastorno bipolar es una condición complicada y que afecta hasta el tuétano (metafóricamente hablando, claro), por lo que se necesita paciencia y consideración por uno mismo. Afecta la vida en su totalidad, las relaciones interpersonales, la percepción de uno mismo, pero es posible llevar una vida tranquila junto a un diagnóstico, puesto que el trastorno bipolar y su tratamiento existen para hacer la vida más sencilla.
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Referencias bibliográficas
Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2022). Trastorno bipolar y trastornos relacionados. En Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed., texto revisado).
Coryell, W. (2023, October 5). Trastornos bipolares. Manual MSD Versión Para Profesionales.
World Health Organization: WHO. (2024, July 8). Trastorno bipolar.