¡Vamos a entender el shock emocional!

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Se estima que a lo largo de la vida, un porcentaje significativo de la población experimentará algún tipo de evento traumático que podría desencadenar un shock emocional. Estudios indican que hasta el 70% de los adultos han estado expuestos a al menos un evento potencialmente traumático (Breslau et al., 1998). Comprender el traumas significado y cómo impacta nuestra salud mental es el primer paso crucial para iniciar el proceso de recuperación y sanar heridas emocionales. En este espacio, exploraremos a fondo el fenómeno del shock emocional, sus implicaciones y las herramientas disponibles para afrontarlo.

¿Qué Implica el Shock emocional?

El shock emocional es una respuesta psicofisiológica intensa que se produce ante un evento repentino, inesperado y abrumador que amenaza la integridad física o psicológica de la persona (van der Kolk, 2014). Esta reacción inicial puede manifestarse de diversas maneras, tanto a nivel físico como emocional, y su intensidad varía significativamente entre individuos. Es fundamental comprender el traumas significado para contextualizar la magnitud del impacto que puede generar un shock emocional.

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Traumas significado: Desentrañando la profundidad de la herida

El traumas significado va más allá de la simple definición de un evento negativo. Implica la huella profunda que deja ese suceso en la psique, alterando la forma en que la persona percibe el mundo, a sí misma y a los demás (Herman, 1992). Entender el traumas significado es esencial para abordar las consecuencias a largo plazo, como el desarrollo de un trauma emocional.

Trauma emocional: Las cicatrices invisibles

Cuando la respuesta al shock emocional persiste y genera alteraciones significativas en el funcionamiento diario, hablamos de trauma emocional. Este puede manifestarse a través de síntomas como reviviscencias del evento traumático, evitación de estímulos asociados, alteraciones negativas en el pensamiento y el estado de ánimo, e hiperactivación (American Psychiatric Association, 2013). Reconocer el trauma emocional es un paso crucial para buscar ayuda y comenzar a sanar heridas emocionales.

Traumar significado: La acción que deja huella

El verbo traumar, en su traumar significado, describe el acto de infligir una herida emocional profunda. Un evento puede traumar a una persona debido a su naturaleza amenazante, la intensidad de la experiencia y la falta de recursos para afrontarla en el momento (Perry & Szalavitz, 2017). Comprender el traumar significado nos ayuda a entender cómo ciertos eventos pueden tener un impacto duradero.

Traumar: El impacto en la psique

El acto de traumar puede desestabilizar el equilibrio psicológico, afectando la regulación emocional, la memoria, la atención y las relaciones interpersonales. Las experiencias que logran traumar a un individuo a menudo implican sentimientos de indefensión, terror o pérdida de control. Es importante recordar que la capacidad de un evento para traumar varía entre las personas.

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Problemáticas derivadas del shock emocional y el trauma emocional

Las consecuencias de un shock emocional no resuelto o de un trauma emocional pueden ser diversas y significativas. Algunas de las problemáticas más comunes incluyen:

  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Caracterizado por recuerdos intrusivos, evitación, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, e hiperactivación (American Psychiatric Association, 2013). Si quieres saber más del TEPT, te invitamos a leer este artículo «Estrés postraumático y sus síntomas; la huella que deja un trauma»
  • Depresión y Ansiedad: El trauma emocional puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo y de ansiedad (Felitti et al., 1998). Existe una diferencia entre depresión y ansiedad, para saber más te puede interesar «Depresión y ansiedad: ¿cómo diferenciarlas y tratarlas?«
  • Problemas de regulación emocional: Dificultad para identificar, comprender y manejar las propias emociones.
  • Dificultades en las relaciones interpersonales: El miedo a la intimidad, la desconfianza y los patrones de apego inseguro pueden ser secuelas del trauma emocional.
  • Abuso de sustancias: Algunas personas pueden recurrir al alcohol o las drogas como una forma de afrontar el dolor emocional asociado al shock emocional o al trauma emocional. Existe una diferencia entre el abuso y la adicción, aquí puedes saber más.
  • Problemas de sueño y alimentación: El shock emocional y el trauma emocional pueden alterar los patrones de sueño y alimentación. Si quieres mejorar tus hábitos de sueño puedes encontrar algunos tips aquí.
  • Somatizaciones: El estrés y la angustia emocional pueden manifestarse a través de síntomas físicos sin una causa médica aparente.

Es crucial reconocer estas problemáticas para buscar una intervención temprana y efectiva que permita sanar heridas emocionales.

Posibles causas del shock emocional

El shock emocional puede ser desencadenado por una amplia gama de eventos, que varían en su naturaleza e impacto. Algunas de las causas más comunes incluyen:

  • Accidentes graves: Automovilísticos, laborales, domésticos, etc.
  • Violencia interpersonal: Agresión física, sexual, psicológica.
  • Desastres naturales: Terremotos, inundaciones, incendios.
  • Pérdida repentina e inesperada: Fallecimiento de un ser querido.
  • Abuso infantil: Físico, emocional, sexual, negligencia.
  • Testimonio de violencia: Presenciar actos violentos dirigidos a otros.
  • Experiencias médicas traumáticas: Cirugías de emergencia, diagnósticos graves.
  • Situaciones de amenaza vital: Ataques, robos con violencia.

La capacidad de un evento para generar un shock emocional y potencialmente traumar a una persona depende de múltiples factores, incluyendo la naturaleza del evento, la vulnerabilidad individual y la disponibilidad de apoyo psicosocial.

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Herramientas para afrontar el shock emocional inicial

En los momentos inmediatamente posteriores a un evento que puede generar un shock emocional, es fundamental contar con herramientas básicas de autoayuda y apoyo. Estas estrategias iniciales pueden ayudar a estabilizar la persona y mitigar el riesgo de desarrollar un trauma emocional a largo plazo.

  • Buscar Seguridad: Alejarse del peligro inmediato y encontrar un lugar seguro.
  • Respiración consciente: Realizar respiraciones lentas y profundas para ayudar a regular el sistema nervioso. Inhalar profundamente por la nariz contando hasta cuatro, mantener la respiración contando hasta cuatro y exhalar lentamente por la boca contando hasta cuatro.  
  • Contacto con la realidad: Intentar conectar con el presente a través de los sentidos. Describir lo que se ve, se oye, se huele, se siente.
  • Apoyo social: Buscar la compañía de personas de confianza que puedan brindar calma y contención.
  • Autocuidado básico: Intentar cubrir las necesidades básicas como beber agua, comer algo ligero y descansar si es posible.
  • Evitar la sobreexposición: Limitar la exposición a noticias o imágenes del evento traumático.
  • Buscar ayuda profesional: Contactar con un profesional de la salud mental lo antes posible para recibir orientación y apoyo especializado para sanar heridas emocionales.

Es importante recordar que estas herramientas son medidas iniciales y no reemplazan la necesidad de una intervención terapéutica profesional para procesar el shock emocional y prevenir o tratar el trauma emocional. El proceso de sanar heridas emocionales a menudo requiere el acompañamiento de un terapeuta, soluciona tus dudas y contacta un profesional para esa herida que quieres sanar en Mente Sana.

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El camino hacia sanar heridas emocionales

Sanar heridas emocionales es un proceso individual y requiere tiempo, paciencia y el apoyo adecuado. La terapia psicológica juega un papel fundamental en este camino. Diversos enfoques terapéuticos han demostrado ser eficaces para abordar las secuelas del shock emocional y el trauma emocional, ayudando a las personas a resignificar sus experiencias y construir una vida plena. Algunas de estas terapias incluyen:

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales asociados al trauma emocional (Beck, 1976).
  • Terapia de exposición: Involucra la confrontación gradual y segura de los recuerdos y las situaciones temidas relacionadas con el evento traumático para reducir la ansiedad y la evitación (Foa & Rothbaum, 1998).
  • Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR): Una terapia que utiliza la estimulación bilateral para facilitar el procesamiento de recuerdos traumáticos (Shapiro, 2001).
  • Terapia sensoriomotriz: Integra la conciencia corporal en el proceso terapéutico para abordar las respuestas fisiológicas y las sensaciones físicas asociadas al trauma emocional (Ogden et al., 2006).
  • Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Se centra en aceptar las experiencias dolorosas y comprometerse con acciones que estén alineadas con los valores personales (Hayes et al., 1999).

El profesional de la salud mental evaluará la situación particular de cada individuo y recomendará el enfoque terapéutico más adecuado para sanar heridas emocionales y superar el impacto del shock emocional y el trauma emocional.

    Referencias

    American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.  

    Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. New York: International Universities Press.  

    Breslau, N., Kessler, R. C., Chilcoat, H. D., Schultz, L. R., Davis, G. C., & Andreski, P. (1998). Trauma and posttraumatic stress disorder in the community: The 1996 Detroit Area Survey of Trauma. Archives of General Psychiatry, 55(7), 626–632.  

    Felitti, V. J., Anda, R. F., Nordenberg, D., Williamson, D. F., Spitz, A. M., Edwards, V., Koss, M. P., & Marks, J. S. (1998). Relationship of childhood abuse and household dysfunction to many of the leading causes of death in adults. American Journal of Preventive Medicine, 14(4), 245–258.  

    Foa, E. B., & Rothbaum, B. O. (1998). Treating the trauma of rape: Cognitive-behavioral therapy for PTSD. New York: Guilford Press.

    Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. New York: Guilford Press.  

    Herman, J. L. (1992). Trauma and recovery. New York: Basic Books.

    Ogden, P., Minton, K., & Pain, C. (2006). Trauma and the body: A sensorimotor approach to psychotherapy. New York: W. W. Norton & Company.  

    Perry, B. D., & Szalavitz, M. (2017). The boy who was raised as a dog: And other stories from a child psychiatrist’s notebook. Basic Books.  

    Shapiro, F. (2001). Eye movement desensitization and reprocessing (EMDR): Basic principles, protocols, and procedures (2nd ed.). New York: Guilford Press.  

    van der Kolk, B. A. (2014). The body keeps the score: Brain, mind, and body in the healing of trauma. Viking.

    La fase inicial de shock emocional suele durar desde unos minutos hasta varias horas. Sin embargo, las secuelas emocionales pueden persistir durante días, semanas o incluso meses si no se procesan adecuadamente.
    No. La respuesta al trauma es individual y depende de diversos factores como la naturaleza del evento, la historia personal, los recursos de afrontamiento y el apoyo social disponible.
    Si bien las experiencias traumáticas dejan una huella, con el apoyo terapéutico adecuado, las personas pueden procesar el trauma emocional, reducir significativamente sus síntomas y llevar una vida plena y significativa. El objetivo no siempre es «olvidar» sino integrar la experiencia de una manera saludable.
    Mantén la calma, asegúrale que está a salvo, ofrécele tu presencia y escucha sin presionar a que hable. Anímale a buscar ayuda profesional.
    No. El shock emocional es la reacción inmediata a un evento traumático. El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es un trastorno que puede desarrollarse posteriormente si el shock emocional no se procesa adecuadamente y los síntomas persisten en el tiempo.

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    Paula Sosa
    Psicóloga con experiencia en entornos clínicos y organizacionales, mi enfoque principal es la terapia cognitivo-conductual. Entiendo profundamente tanto la terapia cognitiva como la conductual, pero encuentro que la integración de ambas ofrece los mejores resultados para mis consultantes.
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