¿Qué es la astenia? Descubre la sensación de fatiga constante

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¿Qué es la astenia?
¿Qué es la astenia?

La astenia no se trata de un simple cansancio, o solamente la falta de energía. A veces, sin explicación alguna, podemos llegar a sentirnos agotados; se trata de un agotamiento demasiado violento, intenso, constante, y ante la mirada juzgadora de los demás alrededor, las personas con astenia pueden verse incomprendidas o como exagerados por no poder llegar a entenderse el caos que representa para sus cuerpos un cansancio inexplicable. Por ello, es importante conocer la realidad de lo que es la astenia para poder reconocerla y, sobre todo, abordarla para encontrar el bienestar en tu vida.

¿Qué es la astenia?

Siendo una palabra derivada del griego, astenia significa “ausencia de fortaleza”, y a grandes rasgos define a la perfección lo que es la astenia como condición crónica. Conocemos el cansancio y la fatiga como aquellos estados que vienen luego de haberse esforzado de sobremanera, con intensidad y luego de mucha actividad; sin embargo, la astenia por su parte es el estado de fatiga y cansancio sin razón aparente, sin el esfuerzo, y sin una justificación que la avale.

Se trata de un estado de fatiga constante, que ni con el descanso pertinente parece atenuarse, y no se refiere solamente al cansancio físico sino también al psicológico, es un estado de agotamiento total del cuerpo y la mente.

La astenia es crónica, sin embargo, no podemos catalogarla como una enfermedad, sino más bien como una condición, y más importante aún: un síntoma, asociado principalmente a una variedad considerable de condiciones que pueden afectar de forma física o mental a las personas.

Características importantes de la astenia

Para entenderla, es necesario categorizar en tres puntos importantes que se presentan en la astenia:

  • Lasitud. O la falta de vigor, principalmente en tareas que antes no producían este agotamiento.
  • Debilidad general. O una dificultad anticipada para iniciar las actividades o mantenerlas
  • Fatiga mental. Altera la memoria, llevando a pérdidas de la misma, problemas de concentración, percepción y de emocionalidad.

Es necesario saber diferenciar la presencia de éstas tres variables al estar sospechando de astenia, ya que no se trata de un simple cansancio habitual, haber dormido mal y por lo tanto estar agotado, haberse esforzado de más, o haber tenido tanto trabajo que la mente no encuentra como descansar… lo que es la astenia va más allá de ello, es el agotamiento persistente durante días, inclusive semanas, llegando hasta interferir en actividades diarias.

Por ello, sus principales características engloban la falta de habitualidad, la dificultad en las actividades y, sobre todo, el deterioro de habilidades cognitivas.

la astenia

¿Cómo puedo reconocerla? Síntomas de la astenia

  • Fatiga, no parece haber manera de acabar con ella, es constante y persistente, durmiendo, descansando; sea de la forma que fuese, la fatiga no acaba y la sensación de pesadez física y mental persiste.
  • Debilidad muscular, sin causas aparentes. Va más allá de “sentirse débil”, sino más bien una verdadera perdida del tono muscular, que puede evidenciarse en cosas de la vida cotidiana como abrir frascos o envases, sostener objetos con las manos u otras actividades que impliquen la fuerza.
  • Desmotivación, una sensación bastante parecida a la apatía, la falta de ganas para realizar actividades, iniciarlas o terminar las que ya se han comenzado.
  • Dificultades de concentración, que pueden evidenciarse en lo que parece pérdida de memoria, distracción constante, dificultad para mantenerse atento a lo que ocurre alrededor, problemas de percepción, etc. Se evidencia en actividades de la vida cotidiana como olvidar dónde se han colocado objetos, olvidar cosas tan simples y básicas como el móvil, o cerrar la puerta del refrigerador.
  • Agotamiento mental, ya que la fatiga no es solo física, sino también de la mente debido, en circunstancias normales, al gran trabajo psicológico de muchos en su día a día. En el caso de lo que es la astenia, al no existir una razón para ello es desconcertante.

Tipos de astenia: las diferentes miradas del cansancio

Medicamente hablando, existen muchas maneras de categorizar la astenia para el mejor diagnóstico de ésta y por lo tanto, mejor abordaje, sin embargo podemos dividirlas tanto por su origen, como por el tiempo en el que persisten, y serían:

la astenia
  • Astenia física

Intrínsecamente relacionada a lo orgánico, como ya se dijo la astenia es un síntoma, una señal de que algo está ocurriendo, por lo tanto, nunca aparece sola. Es la compañía de algo que ocurre en el cuerpo, y la astenia física está relacionada a aquellas enfermedades orgánicas como infecciones.

  • Astenia psicológica

Más asociada a los trastornos mentales, generalmente de categoría emocional como puede ser la depresión o la ansiedad, trastornos en los que de hecho resulta muy común la presencia de la astenia. Si deseas leer más sobre ellos, aquí puedes aprender más sobre la depresión de mano de una de nuestras psicólogas y encontrar más ayuda.

  • Astenia crónica

Su única y principal diferenciación es el tiempo por el que ha permanecido, que para ser catalogada como astenia crónica debe haber estado presente pro más de seis meses. Asociada a enfermedades crónicas como la fibromialgia, por ejemplo.

  • Astenia primaveral

Sorprendentemente, una bastante común. La astenia primaveral es, tal y como dice el nombre, un tipo de astenia que puede llegar a aparecer en el cambio estacional de la primavera (y otras estaciones también), debido a los cambios abruptos de temperatura y a los cambios generales. No es tan extraño como parece: el cuerpo humano funciona gracias a algo llamado ritmo circadiano, y su función es gracias a la costumbre que tenemos de saber que el sol se oculta a cierta hora especifica.

Por ello, los cambios estacionales son una causa habitual de la astenia, el cambio de horario puede “desconfigurar” tu sistema hasta cierto punto, afectando a tu ritmo y reloj biológico, generan do una fatiga que no puedes explicar. Generalmente suele desaparecer en semanas, cuando el cuerpo logra acostumbrarse.

Causas más comunes de la astenia

Hablar de sus causas sería un nunca parar, son tantas que empezar a enumerarlas podrá llegar a asustar debido a lo fácil que llega a parecer padecerla, y la verdad es que cualquier cosa podría dispararla. Por ello, es importante acudir a un profesional y estar seguros del diagnóstico antes de proseguir. Sin embargo, algunas de sus causas más comunes son:

  • Enfermedades infecciosas. El COVID, por ejemplo, fue una causa común de la astenia durante la pandemia)
  • Déficits nutricionales, como la falta de hierro o anemia, vitamina D, magnesio, etc.
  • Trastornos del sueño, ansiedad, depresión, trastornos de los estados de ánimo y generalmente aquellas condiciones que impliquen un desgaste físico y emocional.
  • Cambios hormonales. La menopausia, por ejemplo, es una de las causas principal en mujeres mayores. También afecciones como hipo o hipertiroidismo, o inclusive la propia menstruación.
  • Como efecto secundario de algunos medicamentos. De hecho, aquellos consumidores de antihistamínicos (generalmente antialérgicos) pueden reconocer la sensación de la astenia, ya que es un síntoma secundario común.
  • Por otro lado, como efecto de ciertos tratamientos como la quimioterapia.
  • En algunos casos, procesos de estrés emocional constantes y persistentes, un duelo complicado, por ejemplo, pueden agotar tanto la mente que la hace víctima de la astenia.

¡Tengo todo! ¿Cómo sé que tengo astenia? Aprende a diagnosticarla

No, no podemos aprender a diagnosticarla. De nuevo, no se trata de una enfermedad, así que técnicamente no tenemos un diagnóstico para ella, es un síntoma que puede señalarse dentro de una amplia gama de opciones.

Pero, necesitamos a un profesional de la salud y un experto. Recuerda que éste artículo es meramente informativo y una apertura a conocer nuevos términos y responder ciertas dudas, no un manual de diagnóstico. Si has estado experimentando una fatiga constante e inexplicable, lo primero es ir al médico y permitir que se hagan ciertos exámenes, como:

  • Análisis de sangre, para analizar si existen deficiencias o alteraciones;
  • Pruebas hormonales, para reconocer si no hay algún desbalance;
  • Estudios del sueño, para apartar trastornos que podrían estar causándonos astenia, los cuales puedes conocer aquí, para ampliar más tu conocimiento sobre trastornos del sueño;
  • Evaluación psicológica, para descartar (o reconocer) factores psicoemocionales

Diagnosticar la astenia es como cuando comienzas a estornudar un día sin razón aparente. Uno o dos estornudos pueden pasar como una simple picazón a la nariz, un tercero quizás ya sea más curioso, pero aquí es cuando uno se pregunta ¿de dónde viene? ¿es alergia? ¿es gripe? ¿es solo picazón de la nariz? En este caso, el estornudo no es la enfermedad, es el síntoma que nos señala que algo está ocurriendo. Y es mediante la evaluación que conoceremos si es una cosa o la otra.

Con la astenia pasa algo muy parecido, es necesaria la evaluación antes de decir que se trata de ella. Y luego, y mucho más importante conocer el porqué de su existencia.

¿Y cómo trato la astenia?

No podemos dar una explicación detallada de ello debido a que su tratamiento dependerá por completo de su razón y causa una vez se haya identificado. Lamentablemente no es inmediato, sin embargo, algo es seguro y es que de buenas a primeras va a requerir cambios de hábitos y de estilos de vida.

Debido a algo muy simple: cualquiera de sus razones de origen representa un gran cambio, ya sea por razones psicológicas, físicas, hormonales, o cualquiera de las anteriormente mencionadas.

  • Tratamiento médico, si su origen es por una patología. La fibromialgia, por ejemplo, requiere de grandes cambios en los hábitos de vida para hacerlo más llevadero para su portador.
  • Tratamiento psiquiátrico y psicológico, si la causa es psicoemocional, todo para ayudar a sobrellevar el peso emocional y mental de la causa psicológica. Y si se trata de un trastorno mental como la depresión o ala ansiedad, probablemente el apoyo psiquiátrico sea una mano amiga.

Así que, en realidad no hay un tratamiento base para la astenia. Todo dependerá de su origen, sin embargo, hay ciertas cosas que podemos hacer de forma más general para prevenirla o incluso apoyarnos para tratarla con mayor facilidad.

Trabajar en tus hábitos de sueño es una increíble manera de darle ese pequeño empujoncito a tu cuerpo para descansar, recuerda que el descanso no es un premio, es una necesidad. También mantener una alimentación equilibrada, ya que existen alimentos que alteran más el sistema y el cuerpo que otros; y practicar técnicas de relajación para mantener a raya los niveles de cortisol también es una forma muy buena de ayudar.

la astenia

La astenia no es para ignorarla. Tampoco significa “ser un perezoso”, lo que es la astenia es un problema real en el que es importante que escuches a tu cuerpo y le permitas el descanso que necesita, ve al médico, toma hábitos saludables ya que, para nuestra desgracia, muchas veces las causas recaen en la forma en la que vivimos para con nosotros mismos.

A veces, cuando no le damos descanso al cuerpo, el cuerpo busca su descanso. Así que escúchalo, detente dos segundos y piensa.

Si crees que estás sufriendo de astenia y no sabes que hacer, en Mente Sana psicología estamos para ayudarte a conseguir el bienestar que buscas, agenda tu cita completamente gratuita ya y comienzas tu sanación.

Referencias bibliográficas

Young, Pablo, Finn, Bárbara C., Bruetman, Julio E., Pellegrini, Débora, & Kremer, Armando. (2010). Enfoque del síndrome de astenia crónica. Medicina (Buenos Aires)70(3), 284-292.

Casanovas Gordó, J.M.. (2009). Del síntoma a la enfermedad: astenia. Pediatría Atención Primaria11(Supl. 17), 425-431

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Claro, lo importante es dar con la causa de su existencia y así poder obtener el mejor de los tratamientos para encontrar la solución.

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Alexandra Simeone
Licenciada en psicología mención clínica, egresada de la Universidad Bicentenaria de Aragua, Venezuela, número de matriculación FPV. 14.407. Especializada en atención y asesorías psicológicas, psicoeducación, psicoterapia infanto-juvenil e infancias tempranas, primeros auxilios psicológicos y atención individual. Terapeuta cognitivo-conductual, con experiencia en gestión emocional, tratornos psicoafectivos, modificación de conducta, entre otros, adaptable a las necesidades del paciente.
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