Sabemos que la adolescencia es una etapa crucial, llena de cambios y descubrimientos, pero también puede ser un periodo donde los desafíos sociales se presentan con mayor fuerza. Uno de estos desafíos, considerado el más frecuente, es el acoso escolar del bullying, una problemática que impacta profundamente el bienestar emocional y el desarrollo psicosocial de nuestros jóvenes y adolescentes. En este espacio, exploraremos juntos cómo podemos construir entornos seguros y protectores para nuestros adolescentes, aprendiendo estrategias efectivas sobre cómo prevenir el acoso escolar en adolescentes.

Entendiendo la dinámica del acoso escolar
El acoso escolar, también conocido como bullying, es mucho más que simples bromas o conflictos aislados. Se trata de un patrón de comportamientos agresivos e intencionales que se repiten a lo largo del tiempo, donde existe una desigualdad de poder entre el agresor y la víctima (Olweus, 1993). Este desigualdad puede manifestarse de diversas formas: física, verbal, social o cibernética (cyberbullying). Comprender esta dinámica es el primer paso fundamental para prevenir el acoso escolar en adolescentes.
Para comprenderlo mejor algunos ejemplos de las desigualdades presentadas estan relacionados con pequeños grupos de estudiantes que tienen mayor tamaño físico o mayores capacidades sociales e intelectuales de las que sacan provecho para la intimidación, agresión y acoso de la victima. Según la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977), los adolescentes pueden aprender comportamientos agresivos observando a otros y viendo cómo estos comportamientos son recompensados o tolerados. Esto resalta la importancia de los modelos a seguir y del clima social en el entorno escolar y familiar. La normalización de la violencia o la falta de intervención ante conductas agresivas pueden mantener el ciclo del bullying.

Herramientas para la prevención el acoso escolar en adolescentes
Prevenir el acoso escolar en adolescentes requiere un enfoque multifacético que involucre a estudiantes, padres, educadores y la comunidad en general. Algunas herramientas y estrategias esenciales para prevenirlo son:
- Fomentar empatía e inteligencia emocional: Desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro es crucial, ayudar a los adolescentes a reconocer y gestionar sus propias emociones y a comprender las de los demás, es parte fundamental. La empatía actúa como un potente inhibidor de conductas agresivas (Goleman, 1995). En las aulas o en casa puede hacer uso de los juegos de roles dónde la perspectiva del otro se vuelve principal y se desarrolla la empatía.
- Promover la comunicación abierta y segura: Es importante crear espacios en los que los adolescentes se sientan seguros para hablar sobre sus experiencias, sin importar si la experiencia es como víctima, agresor o testigo. El enfoque está en fomentar un espacio de confianza tanto en casa como en la escuela, puede ser a través de mensajes anónimos o actividades de escritura donde se escuchen sus preocupaciones sin juicio y se les brinde apoyo.
- Implementar programas educativos para la comunidad: Crear programas estructurados para abordar el acoso escolar. Allí se permite conocer las políticas claras contra el bullying, los protocolos de actuación definidos, actividades de sensibilización y formación para toda la comunidad educativa. La efectividad de estos programas se incrementa cuando son integrales y se mantienen a largo plazo (Smith et al., 2004.)
- Uso responsable de la tecnología: El acoso escolar ha encontrado un nuevo espacio en el mundo digital; el desconocimiento del mismo permite que los adolescentes estén en riesgo de cyberbullying. Adicional, se espera que con ayuda de profesionales en el tema y herramientas en el mundo digital se pueda promover el uso responsable de las redes sociales y las tecnologías de la información y la comunicación.
- Involucrar a los testigos (Bystanders): Los testigos juegan un papel crucial en la dinámica del acoso escolar. Al obtener el conocimiento, se puede esperar la intervención de manera segura y efectiva de parte de estos, lo que puede marcar una gran diferencia en la idea de que no son espectadores, sino agentes de cambio.
- Trabajo con agresores: El comportamiento de los agresores es tan importante como apoyar a las víctimas; al trabajar desde la comprensión las causas de su conducta agresiva se puede ofrecer diferentes apoyos y oportunidades para desarrollar habilidades sociales positivas que ayudan a romper el ciclo del bullying.
Puedes tener tu consulta gratuita sobre acoso escolar aquí
¿Qué podemos hacer como padres y cuidadores?
El papel de los padres y cuidadores es fundamental en la prevención del acoso escolar. Algunas acciones a tener en cuenta son:
- Atención a las señales: Los niños y adolescentes tienen algunos cambios en su comportamiento; aislamiento, tristeza, ansiedad, o la negación a involucrase en ciertas actividades académicas, pueden ser indicativos de que están sufriendo acoso escolar.
- Confianza y comunicación: En casa crear un ambiente donde los adolescentes se sientan cómodos para hablar sobre sus problemas y preocupaciones favorece la sinceridad y la verbalización de su problemática. Puedes hacer preguntas sobre su día, lo que hace, sus amigos/amigas, profesores y los espacios en los que se siente cómodo.
- Habilidades sociales y resolución de conflictos: Cada adolescente adquiere de sus cuidadores las habilidades para relacionarse de manera positiva con los demás y para resolver conflictos de forma pacífica. Fomentar espacios donde se mejoren o aprendan nuevas habilidades facilita la cotidianidad del adolescente.
- Modelar comportamientos positivos: Los padres son los primeros modelos a seguir. En las relaciones establecidas en casa, es positivo mostrar respeto, empatía, escucha activa y habilidades de comunicación saludables.
La Escuela y los educadores: Estos espacios son un entorno clave para la prevención del acoso escolar, como educadores se puede contribuir de las siguientes maneras:
- Supervisión activa: Estar atentos a las interacciones de los estudiantes en todos los espacios escolares, incluyendo pasillos, patios y comedores.
- Intervención temprana: Abordar cualquier comportamiento agresivo o de intimidación de manera inmediata y efectiva, haciendo uso de las redes de apoyo de los estudiantes, en el cual se deben involucrar todos lo actores para una comprensión total y un desarrollo amplio de la problemática.
- Implementación de políticas Anti-Bullying: Asegurar que las políticas contra el acoso escolar sean conocidas por todos y se apliquen de manera consistente.
- Formación Continua: Participar en programas de formación sobre cómo identificar, prevenir y abordar el acoso escolar con toda la comunidad educativa.
Es crucial recordar que prevenir acoso escolar es una responsabilidad compartida. Si tú o alguien que conoces están experimentando acoso escolar, recuerda que no están solos. Existen recursos y personas dispuestas a ayudar. En Mente Sana, contamos con profesionales expertos en el tema que pueden brindar apoyo y orientación. No dudes en pedir una cita con nuestros especialistas para recibir la ayuda que necesitas.
La prevención del acoso escolar del bullying es un camino que debemos recorrer juntos, informándonos y actuando para proteger a nuestros adolescentes. Implementando estas herramientas y fomentando una cultura de respeto y empatía, podemos marcar una diferencia significativa en la vida de los jóvenes y construir un futuro más seguro y positivo para todos. Recordemos siempre la importancia de estar atentos y actuar frente a cualquier señal de acoso, trabajando incansablemente para prevenir acoso escolar.
La minimización de esta problemática requiere la colaboración activa de todos los miembros de la comunidad: adolescentes, padres, educadores y la sociedad en general. Al trabajar juntos, podemos crear entornos donde los jóvenes se sientan seguros, respetados y puedan desarrollarse plenamente.
Referencias
Bandura, A. (1977). Social learning theory. Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.
Goleman, D. (1995). Emotional intelligence. New York: Bantam Books.
Olweus, D. (1993). Bullying at school: What we know and what we can do. Blackwell Publishing.
Smith, P. K., Salmivalli, C., Cowie, H., & Väänänen, T. (2004). Tackling bullying in schools: Evidence for effectiveness. Journal of Adolescence, 27(3), 367-379.
Werner, E. E., & Smith, R. S. (1982). Vulnerable but invincible: A longitudinal study of resilient children and youth. McGraw-Hill.