
El miedo a cambiar de trabajo aqueja quizás a más de la mitad de la población actual, no hay que sacar cálculos para entender que, en un mundo dónde gran parte de las personas sobreviven por sus trabajos, exista un gran temor a dar el gran paso y cambiar de horizontes. Es más común de lo que parece, y aunque es una decisión profesional, involucra un gran proceso psicológico de muchas dudas y pesares, en dónde las creencias personales entran en conflicto.
¿Qué representa el miedo?
Me atrevo a decir que a la hora de hablar de cambios laborales, es uno de los temas más frecuentes en las consultas terapéuticas, junto a los duelos amorosos. La duda que aqueja a muchos es algo común cuando se trata del trabajo, y es que tomar una decisión siempre es complicado, en especial cuando puede que una parte de nuestro futuro y supervivencia depende de ello pero ¿de dónde viene realmente el miedo a cambiar de trabajo?
La palabra clave es miedo. Que no es más que una emoción necesaria para que como seres humanos podamos adaptarnos al ambiente, y es que el concepto de miedo se ha malinterpretado como algo negativo, cuando es nuestro mecanismo de defensa más sabio en el cerebro primitivo. Como emoción, genera una serie de respuestas fisiológicas y psicológicas como forma de protección ante el peligro, pero es cuando se mantiene de formas irracionales o preocupantes que puede ser un problema para la vida cotidiana.
Nadie nos enseña cómo manejar la mayoría de las emociones que como humanos experimentamos, lo aprendemos a las malas conforme crecemos, y el miedo es una de esas a las que solemos huir por, valga la redundancia, el temor a que las reacciones sean demasiado y nos dominen. Sin embargo, no hay que olvidar que pese a ésto, el miedo es meramente subjetivo.
Es decir, es cuestión de la percepción. Tanto propia, como del entorno que nos rodea, pero a la hora de cambiar de trabajo ¿de dónde nace el miedo?

El miedo al cambio como factor para el miedo a cambiar de trabajo
Lo desconocido aterra, y el cambio no es más que afrontar un futuro desconocido dónde no tenemos acceso (según nuestra percepción) a la seguridad de conocer ciertos resultados. Como dicen por ahí, mejor diablo conocido que diablo por conocer…
Así que una respuesta sencilla y una de las opciones más habituales sería el miedo al cambio. Es natural, al fin y al cabo, estamos de forma constante buscando sentir seguridad que cuando nos enfrentamos a una situación dónde las posibilidades son inciertas, el miedo ataca, aunque cambiar de trabajo no presente un peligro real.
¿Cómo le explicamos al cerebro que solo queremos cambiar de trabajo, y no nos está persiguiendo un tigre? hasta cierto punto, para el cerebro son lo mismo. Aunque de forma lógica entendamos que no, genera las mismas reacciones fisiológicas y por lo tanto la misma respuesta: ansiedad, duda y temor.
Por otro lado, si buscamos una explicación más científica, la respuesta es sencilla: la amenaza es vista así gracias a que la amígdala, una estructura del cerebro, se activa y envía esas señales al sistema nervioso para prepararse a la defensa, así según la Clínica Universidad de Navarra.
Miedo a cambiar de trabajo ¿Es miedo al fracaso?
Probablemente, y no debes avergonzarte de que sea así. De nuevo, el miedo es natural en nosotros como personas, y ¿quién no se ha preguntado si tendría éxito en su nuevo trabajo una vez decides cambiar? Sea por la razón que consideres que deberías cambiar de trabajo, ya sea por buscar mejores oportunidades, por obligación, mejor sueldo o lo que fuese, es casi imposible evitar temer por el desconocido futuro que te aguarda ahí.
¿Y si tomé la decisión equivocada? ¿Y sí, aunque en el contrato todo pintaba bien, resulta que tomé la peor decisión de todas?
Pero el miedo al fracaso no es más que una creencia irracional asociada a la pérdida del todo, al temor de arriesgarse y que no haya un éxito, o una validación concreta.
Y aunque anteriormente hemos hablado de que el miedo es una respuesta natural que surge como mecanismo de defensa: en este caso nos detiene. Ya que ante el miedo al fracaso, se es propenso a no actuar para evitar fallo. Al final de cuentas, si no cambio de trabajo nada puede salir mal ¿no?

¿Cómo se relacionan el miedo a cambiar de trabajo y la ansiedad?
No es de extrañar que ante el miedo, se experimente una reacción un poco conocida para algunos: la ansiedad. Recordemos que la ansiedad no es más que una respuesta ante el miedo que tiene el cuerpo, tanto psicológica como fisiológica, dónde se unen diversos síntomas que sirven como señales, entre las que están la taquicardia, tensión muscular, insomnio, dudas constantes y pensamientos rumiativos, así como conductas evitativas.
Así que ¿puedo tener ansiedad si tengo miedo a cambiar de trabajo? Claro, la ansiedad no es más que la respuesta ante ese miedo que se puede experimentar por enfrentarse a lo desconocido, un trabajo nuevo, no saber si es la decisión correcta, o siquiera si habrá éxito o no, cambiar significa activar inseguridades, ya que al sentir la ansiedad creemos que es porque tomamos la decisión incorrecta, pero no se trata de eso.
Solo es la respuesta física de tu cuerpo expresando su miedo. No su error.
Estrategias para perder el miedo a cambiar de trabajo
- ¿Por qué lo haces?
Antes de avanzar, ¿por qué queremos cambiar de trabajo? parece una pregunta irrelevante pero en realidad puede ayudarnos a entender el miedo desde un comienzo. Las decisiones tienen peso y eso no podemos negarlo, pero ¿qué nos lleva a tomarlas?
¿Estás buscando un nuevo trabajo por necesidad? ¿O por qué el trabajo actual te genera estrés y agobio? ¿Es por mejores condiciones? ¿O por algo más? Este cuestionamiento no está para anclarnos o encerrarnos, sino para entender qué nos motiva. Quizás, la respuesta al miedo a cambiar de trabajo esté en la razón del cambio.
- Identifica los pensamientos
Así que ahora toca identificar el pensamiento irracional. Sabes el por qué quieres cambiar de trabajo, sabes que hay un miedo latente… ¿Y cual es? las ideas irracionales sobre pensar en fracasar, en no ser suficiente y demás son eso: irracionales, suelen alimentarse en base al todo o nada o a los pensamientos rumiativos, a veces de todo lo anterior.
Te estás anticipando a algo que no ha ocurrido, pero lo importante no es quitarse el miedo para actuar: sino poder ser capaces de actuar, aún con el miedo latente, ya que significa que no le dejaste ganar y no te detuvo.

- Piensa alternativamente
Es momento de redefinir esos miedos. Fallar no es haberse equivocado, y equivocarse no es el fin del mundo, aunque en este momento pueda parecerlo. Pero entendemos que este paso pueda ser uno de los complicados por el peso racional que tiene, así que aquí te presentamos una forma más sencilla de trabajarlo.
Desglosa la situación ¿qué pensamiento tienes justo ahora sobre tu miedo a cambiar de trabajo? anotalo en un papel, y ahora analiza ¿qué emoción tienes? ponle un nombre, nada de “me hace sentir mal” o “me hizo sentir bien”, necesitamos el nombre de la emoción, o al menos describirla. Ahora ¿qué acción te está llevando a tomar el conjunto del todo? ¿Qué conducta estás teniendo?
Una vez con todo respondido, es hora de buscar la alternativa al pensamiento negativo y al miedo irracional. El truco es entender una cosa bastante sencilla, y es que el pensamiento alternativo no es pensar en positivo, el positivismo en extremo también puede ser tóxico y, de hecho, es sano reconocer que no todas las circunstancias tienen una salida perfecta.
Por el contrario, el pensamiento alternativo busca desmontar la creencia irracional y ese miedo.
- ¿El miedo se basa en tu experiencia, o es real?
¿Es autoimpuesto? porque la mayoría de las veces pecamos de ello, de la fuente interna del miedo, de crear un miedo irracional basado en creencias impuestas y no en experiencias. Cuando no se tiene confianza en uno mismo, estos miedos suelen crecer por su cuenta a partir del peor enemigo: los “¿Y sí…?”
Así que es hora de eliminarlos. Las condicionales son un enemigo, aquellos debería, los y sí esto ocurriese, tal vez, y demas son necesarios de reducir en el discurso.

Conclusiones
Ahora actúa.
Esto es un salto de fé, cambiar de trabajo no es una decisión fácil y lo sabemos, pero sea por la razón que sea, el miedo va a existir. Lamentamos tener que decirlo, pero el miedo es natural en esta situación. Así que toca tomar un salto de fé, para que puedas ver que, abordando éstos miedos y tomandolos de frente, perderán fuerza y nosotros podremos ganar más confianza.
¿Puedes fracasar por tu miedo a cambiar de trabajo? Sí, claro. Pero también podrás triunfar. Eso no lo sabrás si nunca lo intentas. Y si fallas… bueno, queda intentarlo otra vez.
Si necesitas ayuda para afrontar este cambio, no dudes en agendar una cita con nosotros en Mente Sana, ¡La primera corre por cuenta de la casa!
Referencias bibliográficas
Qué es el temor: Diccionario médico Clínica U. Navarra. (n.d.).