
¿Alguna vez te has preguntado por qué reaccionas de cierta manera ante determinadas situaciones o ¿por qué ciertos patrones se repiten en tus relaciones? La respuesta podría encontrarse en las herida de la infancia, experiencias dolorosas o traumáticas que, aunque olvidadas conscientemente, siguen influyendo en nuestro presente. Este artículo te invita a explorar estas profundas marcas emocionales y a descubrir cómo sanarlas para construir un futuro más pleno.
¿Qué son traumas infantiles?
Se define cómo una experiencia negativa intensa con un impacto duradero en el bienestar psicológico de un niño. Puede ser inesperado y estresante, difíciles de manejar o entender para el niño.
Una variedad de situaciones pueden provocarlos, incluyendo abuso, negligencia, exposición a la violencia y la pérdida de un ser querido, lo que es traumático para un niño. La percepción y el manejo de una situación dependen del desarrollo del niño, y sus figuras de apego. Esto impacta hoy en su adultez, en cómo se relaciona consigo mismo y su entorno. (Si deseas conocer más sobre las heridas de infancia, te recomiendo leer).
Síntomas de herida de la infancia
Los traumas infantiles se manifiestan de diversas maneras a través de diferentes síntomas cómo:
- Cambios de humores frecuentes e inexplicables, sin una manifestación común, incluyendo irritabilidad, tristeza, euforia, ira, confusión y dificultad para concentrarse.
- Problemas del sueño, cómo insomnio, pesadillas y miedo a la oscuridad, pueden ser indicadores de herida de la infancia.
- Ansiedad y miedo intenso, ante situaciones normales, personas, preocupaciones excesivas y nerviosismo continuo, son también síntomas de la herida de la infancia.
- Problemas de comportamiento, cómo agresión, aislamiento social y desafío a la autoridad, pueden seguir cómo resultado de un trauma.
- Problemas físicos, cómo dolores de cabeza, estómago o de alimentación, puede ser otra forma en la que se manifiest la herida de la infancia.

Causas de la herida de la infancia:
Diversos factores pueden originar un trauma infantil. Pero aquí exploraremos algunas para profundizar en las causas más comunes:
- El abuso y maltrato, tanto físico cómo emocional (incluyendo abuso sexual, violencia, negligencia y abuso psicológico).
- Experiencias traumáticas cómo accidentes, desastres naturales o la muerte de un ser querido pueden generar traumas infantiles.
- El divorcio o separación de los padres puede ser una experiencia traumática que lleva a tristeza, culpa, miedo al abandono y problemas de adaptación.
- El bullying o acoso escolar es otras causa frecuente de trauma, pudiendo generar miedo, ansiedad, baja autoestima y problemas de comportamiento (si deseas conocer más sobre el acoso escolar, te recomiendo leer)
- Sufrir una enfermedad grave o crónica, así cómo tener una discapacidad, también puede causar traumas, provocando sentimientos de miedo, ansiedad, aislamiento y baja autoestima.
Consecuencias sobre traumas infantiles:
La herida de la infancia pueden tener efectos duraderos en el desarrollo emocional, mental y social de una persona en la edad adulta.
- Existen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental en la edad adulta, cómo depresión, trastornos de ansiedad o adicciones.
- Los traumas pueden dificultar la forma y el mantenimiento de relaciones saludables, generando problemas de confianza, miedo al rechazo o abandono.
- Puede surgir problemas de autoestima, llevando a pensamientos negativos sobre sí mismo, los demás y el mundo, así cómo sentimientos inadecuados, culpa y vergüenza.
- También se observa un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud física, en la vida adulta, cómo enfermedades del corazón, debates y trastornos del sueño, causa de la huellas que deja la herida de la infancia.

¿Cómo se puede ayudar a sanar traumas de la infancia?
Identificar traumas infantiles puede ser difícil porque los niños a menudo tienen problemas para expresar sus emociones y experiencias. Sin embargo, existen señales y síntomas que pueden indicar un trauma, cómo cambios de comportamiento, problemas escolares, miedos o ansiedad:
- El tratamiento varía según la naturaleza y gravedad del trauma y necesidades del niño.
- Algunas estrategias de tratamiento incluyen la terapia cognitiva conductual, que ayuda a cambiar patrones de pensamiento y comportamientos negativos, así mismo aprender a regular emociones y vencer miedo.
- La terapia de juego permite a los niños expresar emociones a través del juego, siendo útil para quienes tienen dificultades para hablar.
- La terapia familiar puede ayudar a toda la familia a afrontar el trauma y apoyar la recuperación del niño.
- Es crucial trabajar con un profesional de la salud mental con experiencia en traumas infantiles, ya que cada niño es único y necesita un enfoque de tratamiento diferente.
Prueba de trauma infantil (CTS)
- La prueba de trauma infantil, sus siglas son (CTS) es una prueba diseñada para la detección de 10 elementos para evaluar la exposición a traumas y síntomas en niños de 6 a 17 años (con una versión en desarrollar para niños de 3 a 6 años).
- Está dirigido a personal clínico y no clínico, en diversos entornos que atienden niños, cómo salud conductual, pediatría, escuelas, bienestar infantil y justicia juvenil.
- La prueba de trauma infantil puede administrarse cómo una entrevista y existen versiones tanto para niños cómo para el cuidador.
- Actualmente, la prueba de trauma infantil está disponible en inglés, español y chino.

¿Cómo ayudar a un niño con traumas?
- Ayudar a un niño con trauma puede ser desafiante, pero hay varias acciones que padres y cuidadores pueden tomar para apoyar su recuperación.
- Es fundamental proporcionar un entorno seguro y estable para el niño.
- Es importante escuchar y validar sus sentimientos, reconociendo sus emociones.
- Se debe fomentar la expresión de sus emociones de manera saludables.
- Es crucial buscar apoyo profesional de un experto en salud mental
- Los traumas infantiles son experiencias negativas intensas con impacto duradero, sin embargo, con apoyo y tratamiento adecuado, los niños pueden recuperarse y llevar una vida plena.
- Por lo que las estrategias de ayuda deben ser personalizadas, ya que cada caso es único.
La herida de la infancia, a menudo invisibles a ojos inexpertos, configuran silenciosamente la arquitectura emocional y conductual del individuo adulto. Las experiencias adversas durante la infancia dejan huella profunda, moldeando patrones de relación, la autoimagen y la capacidad de afrontar el estrés. Reconocer la prevalencia y el impacto de esas heridas, no es solo un ejercicio de empatía, sino un paso crucial para fomentar una sociedad más consciente y comprensiva, donde el apoyo temprano y la intervención oportuna pueden mitigar consecuencias a largo plazo y abrir caminos hacia la sanación.

Referencia bibliográfica: