
Las emociones son parte fundamental de nuestra vida. Son las respuestas psicofisiológicas automáticas que surgen ante ciertos estímulos internos o externos. Sin embargo, existen situaciones en las que a uno le es más difícil expresar. Es entonces, cuando ciertas emociones quedan “atrapadas”, por no haber sido expresadas; lo cual, altera el bienestar emocional.
En este artículo explicaremos qué son las emociones atrapadas y cuál su impacto.
¿Qué son las emociones atrapadas?
El término «emociones atrapadas» hace referencia a experiencias emocionales que no han sido procesadas de manera adaptativa y que, por lo tanto, persisten almacenadas en el sistema interno, generando malestar psicológico o síntomas físicos.
Las emociones atrapadas no surgen únicamente cuando no se logró expresar lo suficiente cuando algo reciente ocurrió, sino que implican situaciones pasadas, incluso de años atrás, que contienen carga emocional densa, la cual se almacena de manera disfuncional.
Emociones atrapadas y cuerpo físico
Las emociones atrapadas tienen estrecha relación con el cuerpo. Puesto que todas las emociones cumplen una función específica que permite la adaptación, las mismas se sienten y expresan de manera corporal.
Cuando una persona siente que no pudo expresar lo necesario, esta supresión emocional puede generar síntomas psicosomáticos o trastornos del estado de ánimo. Van der Kolk afirma que el cuerpo tiene memoria y en él, muchas veces, recaen experiencias no procesadas de manera adaptativa.
En este caso, la persona que tiene emociones atrapadas, muchas veces puede llegar a “somatizar”, es decir, tener molestias corporales, digestivas, inmunitarias; dolores musculares, contracturas, problemas en las relaciones sexuales, cansancio, etc. Lo cual, se relaciona directamente con la ansiedad, la depresión e incluso conflictos interpersonales.

¿Cuándo queda estancada una emoción?
Una emoción puede quedar atrapada cuando:
- Se reprime por presión social, miedo o vergüenza.
- Ocurre un evento traumático y no se elabora emocionalmente.
- La persona no tiene recursos o habilidades para procesarla (por ejemplo, en la infancia).
Y estas se manifiestan a través de:
- Respuestas emocionales intensas sin causa aparente.
- Sensaciones físicas persistentes (dolores, opresión en el pecho, nudos en la garganta).
- Creencias negativas sobre uno mismo que persisten (“no valgo”, “estoy en peligro”).
- Patrones repetitivos de comportamiento que no se modifican fácilmente.
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Sistema de Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI)
Desde el modelo del (PAI) las emociones atrapadas pueden entenderse como recuerdos no procesados adecuadamente que se almacenan de forma disfuncional en la red de memoria.
El sistema nervioso está diseñado para procesar las experiencias de manera adaptativa, lo que permite la integración de redes de memoria funcionales. Sin embargo, experiencias altamente estresantes pueden sobrepasar la capacidad del sistema y quedar almacenadas de forma disfuncional, generando un cúmulo de emociones atrapadas.
Por lo tanto, cuando una experiencia emocional intensa (trauma, abandono, humillación, etc.) no termina de procesarse, sus elementos (emociones, pensamientos y sensaciones físicas) quedan almacenados en un estado original disfuncional.
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¿Cómo liberar las emociones atrapadas?

Liberar emociones atrapadas implica reconocerlas, validarlas y permitir que se expresen de forma segura. A continuación, se presentan algunas estrategias basadas en evidencia:
- Conciencia emocional: El primer paso es identificar lo que sentimos y aceptar que no siempre será posible controlarlo todo. Se trata de observar las emociones sin juzgarlas.
- Expresión emocional consciente: El hecho de hablar, escribir, llorar e inclusive el arte como medio de expresión, ayuda a externalizar emociones que estaban encapsuladas internamente
- Trabajo corporal: Actividades como el yoga, la danza libre o ejercicios somáticos ayudan a desbloquear tensiones acumuladas (respiración consciente, yoga, meditación, masaje terapéutico).
- Autocompasión: Practicar la autocompasión cuando surgen emociones difíciles, desde la comprensión y validación propia.
- Técnicas de respiración y relajación: Para regular el sistema nervioso. Puede aplicarse mindfulness y meditación.
- Terapia psicológica: En especial, terapias como EMDR, la terapia centrada en emociones (EFT) y la psicoterapia somática han mostrado eficacia en desbloquear emociones reprimidas.
- Otras técnicas alternativas o energéticas: Como la acupresión, la terapia musical, o la técnica de exposición, que implica exponerse de modo gradual a situaciones o emociones evitadas, permitiendo que aquello atrapado se active y procese de manera segura.
Anabel González muestra una guía para lidiar con las emociones en su libro «Lo bueno de tener un mal día«.
Soltar emociones implica no solo reconocerlas, sino también dejar de aferrarse a ellas. No con la idea errónea de «ignorarlas o eliminarlas para no sentir», sino que se trata de permitir que sigan su curso natural, dándoles el espacio para ser procesadas y, luego, integrarlas.
Conclusión
Hablar de emociones atrapadas resulta fundamental, por el impacto real que tiene sobre la calidad de vida. Esto no es una “metáfora terapéutica”, sino un fenómeno que puede explicarse desde la psicología y la neurociencia, y que tiene efectos negativos significativos que dañan la salud mental, emocional y física.
Aprender a reconocer, expresar y soltar nuestras emociones es crucial para la salud integral. Una “buena relación con las propias emociones”, permite el autoconocimiento, la tolerancia y una gestión emocional satisfactoria.
Referencias
González, A. (2022) EMDR y Procesamiento emocional: Trabajando en pacientes con desregulación grave. Desclée de Brouwer.
Shapiro, F. (2004). EMDR: Desensibilización y Reprocesamiento por medio de movimiento ocular. Pax México.
Van der Kolk, B. (2014). El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, cuerpo y mente en la superación del trauma. Eleftheria.