
El odio, una emoción tan compleja y al mismo tiempo de las más humanas existentes. Intensa, destructiva, y con un gran trasfondo y peso emocional que confunde y destroza a las personas a partes iguales; pero el odio va más allá de simplemente aquel sentimiento que parece hacerte hervir la sangre, va mucho más allá que el sentimiento negativo que pueda generarte una situación o una persona… variedad de factores y circunstancias pueden hacer nacer la semilla del odio en alguien, pero ¿qué es realmente el odio?
¿Qué es el odio?
El odio no es más que un sentimiento caracterizado por la intensidad de su sentir, es una respuesta emocional de repulsión hacia una idea o alguien, un rechazo y disgusto. Se suele llamar una emoción negativa bastante característica llena de emociones como el enojo, la rabia y la aversión, y tiende a ser algo momentáneo y reactivo.
El odio es una emoción compleja que suele verse desmedida con profundidad, difícil de controlar para muchos y que puede ser perjudicial para todo aquel que la siente y a quienes va dirigido.
Se suele llamar al odio como el antónimo del amor, pero su oposición no es simétrica, y según Ignacio Quepons Ramirez, cito: “el odio es una experiencia con afinidad a otras vivencias hostiles como el desagrado o la asunción de un adversario, pero no odiamos todo lo que nos desagrada ni odiamos necesariamente a nuestros enemigos”
¿De dónde se origina el odio?
Pero si hablamos del odio en profundidad, es aversión hacia algo, y suele verse como una respuesta de defensa que permite identificar una amenaza o un peligro, solo que en el caso del odio se ve afectada por la propia percepción, el creer que algo puede causarte daño o puede ser peligroso, alguien que no te agrada porque ‘te da mala espina’, son situaciones que te llevan a sentir odio, de forma desmedida muchas veces.

¿Qué emociones puedes encontrar en el odio?
El odio es un cúmulo de emociones que, condensadas, se sienten demasiado. Se compone de diversas de ellas, negativas y fuertes, que resultan en ésta emoción tan completa:
- Hostilidad: no es de extrañar que el odio venga acompañado de cierto nivel de violencia, no necesariamente física. Se suele recurrir a una conducta hostil por el malestar que genera el odio.
- Resentimiento: Al ser una respuesta de amargura ante injusticias u ofensas, el resentimiento se forma como parte del odio por la propia acumulación de injurias, y tiende a ser complicado que la persona en cuestión lo olvide para pasar página.
- Aversión: una repulsión que existe de forma constante, es la principal característica del odio, dónde está la necesidad de evitar el objeto en cuestión que provoca esta emoción, alejarse, o incluso eliminarlo.
- Miedo: El odio y el miedo están muy de la mano, más de lo que podría creerse. Se sabe que al ser percibido algo como amenaza, el miedo puede desarrollarse de forma muy fácil, y esa misma desesperanza puede derivar sin demasiada complejidad hacia el odio.

¿Qué causa que pueda odiar a alguien?
Como todo en esta vida, depende. Pueden existir tantas razones que son incontables a estas alturas, tanto psicológica, como social y biológica, al final es importante recordar que el odio es subjetivo, una experiencia emocional y subjetiva en la cual, según Brentano y Scheler comentaron hace algún tiempo en su estudio, que debíamos enfocarnos más en la propia esencia de los sentimientos, que en sus causas o efectos.
Algunas causas para que exista el odio pueden ser:
- Experiencias traumáticas, por lo que es una respuesta emocional ante abusos sufridos o experiencias que le han marcado al punto de desarrollar sentimientos de aversión y odio hacia el trauma.
- Conflictos no resueltos, injusticias, desigualdad y sentimientos de humillación. Es naturaleza del ser humano buscar a quien señalar y culpar cuando nos sentimos heridos o que se ha cometido una injusticia, cultivando odio.
- Experiencia sociocultural, El discurso de odio es un gran ejemplo de cómo nace el odio a partir de la experiencia sociocultural; el odio puede nacer de creencias sociales, ideológica, problemáticas como el racismo, la violencia de género, sexismo, homofobia y demás son cultivadas por los prejuicios socioculturales que alimentan el odio.
- Proyección, como una forma de señalar al culpable del dolor que tienes, proyectando los sentimientos personales hacia personas o grupos externos, como forma de lidiar (de la forma menos correcta) con su dolor.
Impacto del odio en la sociedad
El odio no es una emoción inocente, puede ser perjudicial si se lleva a los extremos, tanto para quienes la sienten, como para los que reciben las consecuencias. Entre ellos, podemos encontrar:
- Complicaciones en las relaciones interpersonales
- Estrés
- Ansiedad
- Depresión
- Sentimientos de culpa y vergüenza
- Violencia
- Discriminación
- Discurso de odio
- Intolerancia
¿Qué hago para gestionar el odio?
- ¿De dónde viene?
El primer paso es entenderlo. Toca reflexionar sobre lo que lo ha generado, que está alimentando ese sentimiento tan fuerte que no te permite seguir adelante, si conseguimos hacer introspección, y descubrimos que lo genera, tendremos el camino más fácil para encontrar una solución.
- Validar no es lo mismo que reaccionar
Algo está claro: no podemos actuar desde la emoción como una reacción impulsiva que puede generar conflictos, pero necesitamos validarla hasta cierto punto, es natural sentir, no es una experiencia extraña ni fuera de éste mundo, es humano, normal. El objetivo jamás estará en nunca sentir nada, sino en saber cómo gestionarlo. Puede que el odio nazca de forma razonable, sin embargo, ¿significa esto que está bien reaccionar con violencia y hostilidad?
Lo explica. No lo justifica.

- Reencuadralo.
Dale una vuelta a lo que acabas de pensar ¿el odio se mantiene bajo que creencias? ¿Es un pensamiento absolutista? ¿O es real? A veces, el problema es que estamos cegados por creencias y prejuicios, así que…
- Deconstrúyete y reconstrúyete
Hay que tumbar creencias y crear unas nuevas, es necesario para dejar atrás esos pensamientos de odio y desagrado que experimentas, y la única forma es mediante la deconstrucción, un proceso que implica deshacerse de algo para darle una estructura nueva.
- Practica el perdón
Si bien el perdón es una de las herramientas más increíbles para trabajar el odio, recuerda lo más importante: no estás obligado a perdonar. Nadie puede obligarte a ello, y solo puedes hacerlo cuando te sientas listo, no antes; para muchos, es un momento de liberación y de descarga emocional. Existe una famosa escena en el show animado de «Bojack Horseman» que expresa a la perfección este punto sobre el perdón, no debe ser obligado, y pese a ello, tampoco es necesario si no lo quieres. El perdón solo se da cuando se siente de verdad.
- Busca ayuda profesional
La terapia es una opción magistral si el odio que sientes no puede manejarse, si se siente incontrolable, o es abrumador. Existen diversas técnicas en los distintos ámbitos psicológicos que podrían ayudarte, entre ellos la terapia cognitivo conductual, o la terapia de aceptación y compromiso son grandes opciones.

Si bien el odio es humano y natural, su área de destrucción puede ser enorme si no se tiene cuidado con ella y con cómo se maneja. Comprender de dónde viene es fundamental para trabajarla, y aunque lo explique jamás será una justificación para los malos tratos que pueda desencadenar.
Pero no te preocupes, existe el manejo saludable del odio y en Mente Sana podemos ayudarte a gestionarlo para beneficiarte a ti, y a aquellos que reciben la emoción. Agenda ya mismo tu cita completamente gratuita.