
La desrealización es una experiencia desconcertante. Una sensación extraña de que el mundo alrededor es difuso, distante, ajeno, la irrealidad que genera la desrealización es una compleja emoción y sensación de desconexión, descoloca a muchos cuando ocurre al ser algo incomprendido, y a otros tantos solo es un amargo recuerdo del que desconocemos su significado y razones de ocurrir.
¿Qué es la desrealización?
El cerebro humano funciona mediante aquello que percibimos de nuestro entorno, la percepción es uno de esos valores de más importancia dentro del funcionamiento humano, y es la forma en la que se interpretan las sensaciones que se reciben del entorno para así formar una impresión de ello, consciente o inconsciente. Los sentidos captan la información y el cerebro la procesa, fácil.
Pero cuando éste proceso se atrofia, ocurren fenómenos como lo es la desrealización, que se trata de una alteración de la percepción y de cómo se experimenta el mundo exterior.
La mejor manera de entender la desrealización es desglosando su propio nombre, y aunque en español es bastante explicativo, su origen viene del latín “realis”, real; y el prefijo “des-”, que indica la negación, es decir: una negación de la realidad, privación de la misma, de su percepción y del autoconocimiento.

Durante este síntoma, la desrealización, se experimentan diversas sensaciones de irrealidad y desconexión del entorno con el mundo interno, creer que es falso, que están a la lejanía, percibir aquello como borroso, y pese a lo que se puede creer no significa que la persona se desconecta por completo, por el contrario, un factor relevante de la desrealización es que la persona es consciente de ello, reconoce que lo que está ocurriendo no es real y que es una alteración distorsionada.
Muchos catalogan sus experiencias durante la desrealización como la desconexión de la realidad, lo describen como “una niebla que les impide ver”, se trata por lo tanto de un síntoma disociativo, ya que más allá de una enfermedad por su propia cuenta, es un síntoma presente en diversos trastornos.
¿Qué es la disociación?
La palabra clave para toda la información aquí es la desconexión. Por su cuenta, una experiencia disociativa implica la desconexión de la mente con la realidad, normalmente debido a un evento que lleva la mente al límite, una experiencia traumática o de mucha sobrecarga emocional. Al igual que la desrealización, las experiencias disociativas son, en realidad, mecanismos adaptativos y de defensa que el cerebro opta para reducir el impacto emocional del momento.
La sensación de mirar tu propia vida como si se tratara de una película, percibir el entorno como borroso, irreal, no sentirte en tu propio cuerpo… son distintas de los testimonios que personas que han experimentado la desrealización y episodios de disociación comenta como comunes. Puedes aprender más de todos los fenomenos de la disociación en éste árticulo.

Síntomas comunes de la desrealización
- Irrealidad: Sensación de que el entorno se ve “extraño”, pensar que es un sueño, o que se ve borroso; el mundo alrededor parece ser artificial o irreconocible.
- Objetos y personas en segundo plano: puede generar la percepción de que aquellos objetos son planos, y que las personas carecen de vida, como si fueran un dibujo animado.
- Adormecimiento emocional: hasta cierto punto, una desconexión con el propio mundo interno de sus emociones, ya que da la sensación de estar mirando todo desde afuera. Más común en la despersonalización, que en la desrealización.
- Distorsión de los sentidos: profundidades y distancias alteradas, así como la percepción de los sentidos como sabores desconocidos o extraños, olores, ruidos y visión que desentonan.
- Tiempo distorsionado: acelerado o ralentizado, dependerá del momento, pero para las personas en un estado de desrealización el tiempo se ve alterado y llega a ser confuso.
Si aún nos confunde cómo es la desrealización, hay un ejemplo muy gráfico y conocido si eres un fanático de ver películas. La desrealización se ha presentado en el ámbito del cine de muchas maneras, y una demostración bastante cercana a su experiencia real de un estado disociativo es ésta escena de Luna Nueva, dónde Bella permanece durante meses en un estado depresivo que la lleva a experimentar una serie de efectos, entre ellos, la desrealización.
El “como si” de la desrealización
Una habitualidad dentro de la desrealización es describir y definir la gran mayoría de las sensaciones con un “como sí”, debido a su dificultad para conectar con, no solo con la realidad, sino con ellos mismos. El uso del “como sí” es una herramienta curiosa para describir su experiencia, pero que es el perfecto ejemplo de cómo esta misma se expresa irreal y compleja de entender, que es complicado de encontrar una forma descriptiva que no sea comparativa.
Se utiliza para compararla con otras sensaciones que puedan llegar a parecerse, “como si viese a través de un cristal”, “ de la niebla” “como si no fuera propio”, etc. Es parte de la dificultad para la introspección.
¿Qué causa la desrealización?

Al tratarse de un conocido síntoma, la desrealización no suele aparecer sola ya que no se trata de algo aislado, por lo que su existencia y persistencia estará mayormente asociada a otros trastornos psicológicos y físicos.
Del mismo modo, recordar que es un mecanismo de defensa que utiliza la mente para, valga la redundancia, defenderse de momentos de sobrecarga emocional. Así que algunas de sus causas pueden ser:
- Trastornos disociativos;
- Trastorno de estrés post traumático;
- Trastornos o crisis de ansiedad;
- Depresión;
- Consumo de sustancias, no se atiene únicamente a ilegales, sino también al abuso de alcohol o ciertas medicinas que alteran la percepción;
- Enfermedades neurológicas y psiquiátricas;
- Trastornos del sueño.
Se sabe que el trastorno disociativo por su propia cuenta puede coexistir junto a la ansiedad en un 68% de veces, y con la depresión un 52% según estudios de la Universidad Peruana Cayetano Heredia en Perú.
¿Cómo se cura la desrealización?
Es necesario aplicar, directamente hacia la fuente causante de la desrealización. Pero para el correcto tratamiento de esta se pueden optar por distintas opciones terapéuticas que pueden ser:
- Medicación, en caso de ser causada por alguna enfermedad o trastorno que requiera medicación. Esto, en conjunto con el acompañamiento médico y psiquiátrico como primera instancia, se suelen recetar antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores de ánimo según se requiera, para el tratamiento de la depresión o la ansiedad en el caso de ser causantes de ello.
- Terapia psicológica, su mayor punto focal para el trabajo de la desrealización, ya que el objetivo será el de apuntar directo a la raíz y trabajar en torno a identificar y desafiar los pensamientos e ideas inconexas de la desrealización. De igual forma, cuando la razón es meramente psicológica, se encarga de encontrar el bienestar con el más correcto de los tratamientos, pueden implementar terapia cognitivo conductual, que es la más conocida, pero también otros enfoques como el psicoanálisis, la gestalt o la terapia EMDR.
- Técnicas y herramientas para la conexión: técnicas de grounding, para conectarse al aquí y ahora, como formas de reconocer que lo irreal es solo eso, irreal, y que poco a poco consigan volver a la realidad para reducir la disociación.

Ciertamente, la desrealización es angustiante, pero es tratable una vez que se consigue su causa y razón de existir, por lo que es necesario tener las herramientas justas para lidiar con el momento, gestionarlo, y luego aprender a manejarlo mediante la terapia para encontrar, así, un mejor sentido de conexión con la realidad.
Si experimentas síntomas parecidos o si crees haber experimentado de forma constante la desrealización, en Mente Sana psicología estamos para ayudarte, no dudes en agendar tu primera cita gratuita para iniciar con el apoyo y brindarte la mejor de las atenciones.
Referencias bibliográficas
Sierra-Siegert, Mauricio. (2008). La despersonalización: aspectos clínicos y neurobiológicos. Revista Colombiana de Psiquiatría, 37(1), 40-55.
Cruzado, L., Núñez-Moscoso, P., & Rojas-Rojas, G. (2013). Despersonalización: más que síntoma, un síndrome.. Revista de Neuro-Psiquiatría, 76(2), 120-125.RESTREPO, JORGE EMIRO. (2010). DESPERSONALIZACIÓN Y DESREALIZACIÓN: UNA APROXIMACIÓN FILOSÓFICA DESDE EL ANÁLISIS DE CASOS. Acta Colombiana de Psicología, 13(1), 55-70.