En el revuelo de la vida moderna, donde las exigencias parecen multiplicarse a cada instante, a menudo dejamos a un segundo plano una necesidad fundamental: el autocuidado.
Este debería ser tu prioridad número uno, este concepto, lejos de ser un lujo o un acto egoísta, se erige como la base sólida sobre la que construimos nuestro bienestar físico, mental y emocional. La importancia vital del autocuidado radica en su capacidad para fortalecer nuestra resiliencia, mejorar nuestra productividad y, en última instancia, permitirnos vivir una vida más plena y satisfactoria. En este artículo queremos mostrarte por qué los autocuidados deben ser tu prioridad, y como integrarlo a tu día a día.

¿Qué es el autocuidado?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009, definió el autocuidado como la capacidad de las personas, de promover su salud, prevenir las enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud.
En el ámbito de la psicología, el autocuidado se define como el conjunto de acciones intencionales que una persona realiza para promover su bienestar físico, mental, emocional y espiritual. Va más allá de la simple supervivencia o el cumplimiento de las rutinas diarias. Implica una conciencia activa y una respuesta a las propias necesidades para mantener un equilibrio saludable y prevenir el agotamiento. Antes de que continúes leyendo te recomendamos leer “Psicología y terapia: la llave para tu salud mental”, creemos que puede ayudarte a que te decidas a iniciar la terapia como primer paso a los autocuidados.
Tipos de autocuidados
Desde la perspectiva psicológica, el autocuidado tiene diversas dimensiones, estas son:
- Autocuidado físico: incluye actividades relacionadas con la salud del cuerpo, como una alimentación nutritiva, ejercicio regular, descanso adecuado, higiene personal y atención médica preventiva.
- Autocuidado emocional: se centra en la gestión y expresión saludable de las emociones, el establecimiento de límites, la práctica de la autocompasión y la búsqueda de actividades que generen alegría y relajación.
- Autocuidado cognitivo: implica estimular la mente a través del aprendizaje continuo, la lectura, la resolución de problemas, la creatividad y la práctica de la atención plena como el Mindfulness.
- Autocuidado social: se refiere a cultivar y mantener relaciones saludables y significativas, establecer límites en las interacciones sociales y buscar apoyo en la comunidad.
- Autocuidado espiritual: conecta con valores personales, el propósito de vida y la búsqueda de significado, lo cual puede incluir prácticas como la meditación, la conexión con la naturaleza o la participación en actividades religiosas o filosóficas.
Como puedes observar los autocuidados en psicología reconoce que el bienestar es un proceso activo y continuo que requiere atención y dedicación. Esto no se trata de egoísmo, sino de una inversión esencial a ti mismo que permite que funciones de forma óptima, puedas afrontar el estrés de manera más efectiva y mejorar tu calidad de vida en general.

Práctica el autocuidado diariamente
Aunque creas que no es así practicar los autocuidados día a día no requiere de grandes cosas, sino la integración constante de pequeñas acciones que nutran tu bienestar en sus diferentes áreas. Aquí te compartimos algunas ideas prácticas para que priorices el autocuidado en tu rutina diaria:
Autocuidado físico:
- Prioriza el descanso: intenta mantener un horario de sueño regular y asegúrate de dormir las horas necesarias para sentirte descansado. Crea una rutina relajante antes de acostarte, como, por ejemplo: leer un libro, un té, skincare, escribir.
- Actividad física: incorpora ejercicios físicos que disfrutes, ya sea caminatas, senderismo, bailar, practicar yoga o ir al gimnasio. Incluso unos minutos de estiramientos pueden marcar una gran diferencia.
- Hidrátate: lleva siempre tu botella de agua contigo y bebe durante el día.
- Alimentación balanceada: elige comidas nutritivas, llenas de vitamina y antioxidantes. Como, por ejemplo, ácidos grasos, proteínas, probióticos, verduras y vegetales.
Autocuidado emocional:
- Identifica y expresa tus emociones: permítete sentir y encuentra formas saludables de expresar lo que sientes, ya sea hablando con alguien de confianza, escribiendo en un diario o a través de alguna forma de arte.
- Establece límites: Aprende a decir «no» a peticiones que te sobrecarguen o te generen estrés. Protege tu tiempo y energía.
- Practica la autocompasión: Sé amable contigo mismo, especialmente en momentos de dificultad. Háblate con la misma comprensión que le ofrecerías a un amigo.
- Realiza actividades placenteras: Dedica tiempo a hobbies o actividades que te diviertan y te relajen, aunque solo sean unos minutos al día. Como pintar, jugar juegos cognitivos, escuchar música.
- Desconéctate de la tecnología: Establece momentos del día libres de pantallas para reducir la sobre estimulación y el estrés.
Autocuidado cognitivo:
- Practica la atención plena (Mindfulness): Dedica unos minutos al día a observar tus pensamientos y sensaciones sin juzgarlos. Puedes hacerlo meditando, respirando conscientemente o simplemente prestando atención al momento presente.
- Aprende algo nuevo: Estimula tu mente leyendo, escuchando podcasts educativos, tomando un curso o explorando un nuevo tema que te interese.
- Organiza tu espacio: Un entorno ordenado puede contribuir a una mente más clara. Dedica tiempo a organizar tu lugar de trabajo o tu hogar.
- Desafía tus pensamientos negativos: Cuestiona las creencias limitantes y los patrones de pensamiento negativos. Intenta reformularlos de manera más positiva y realista.
- Establece metas realistas: Divide las tareas grandes en pasos más pequeños y celebra tus logros.
Autocuidado Social:
- Conecta con personas importantes: Dedica tiempo a cultivar tus relaciones con amigos y familiares que te apoyen y te hagan sentir bien.
- Busca apoyo cuando lo necesites: No dudes en pedir ayuda a amigos, familiares o profesionales si estás pasando por un momento difícil.
- Participa en actividades comunitarias y de generosidad: Sentirte conectado con una comunidad y ayudar puede aumentar tu sensación de pertenencia y bienestar.
- Establece límites en tus interacciones sociales: Evita o reduce el contacto con personas que te generen estrés o negatividad.
- Disfruta de momentos de soledad: También es importante tener tiempo para ti mismo, para reflexionar y recargar energías.
Autocuidado Espiritual:
- Conecta con tus valores: Reflexiona sobre lo que es importante para ti y asegúrate de que tus acciones estén alineadas con tus valores.
- Practica la gratitud: Dedica tiempo a reconocer y apreciar las cosas buenas de tu vida.
- Pasa tiempo en la naturaleza: Conectar con el entorno natural puede ser muy reconfortante y revitalizante.
- Medita o practica la contemplación: Dedica tiempo a la reflexión y la conexión interior.
- Busca significado y propósito: Explora actividades o creencias que te den un sentido de trascendencia y propósito en la vida.
Claves para la Incorporación Diaria:
- Empieza poco a poco: No intentes cambiar todo de golpe. Elige una o dos pequeñas acciones que te parezca factibles y ve incorporándolas gradualmente.
- Sé constante: La clave está en la regularidad, incluso si son solo unos minutos al día.
- Sé flexible: Adapta tus prácticas de autocuidado a tus necesidades y a tu horario. No todas las estrategias funcionarán igual para todos ni en todos los momentos.
- Sé consciente: Presta atención a cómo te sientes después de practicar diferentes formas de autocuidado para identificar qué te funciona mejor.
- No te sientas culpable: El autocuidado no es egoísta, es esencial para tu bienestar y te permite estar mejor para los demás.

Conclusión
En resumen, los autocuidados cada día, con cosas pequeñas, no es un lujo, ¡Es súper importante! Es como echar gasolina al carro para que pueda funcionar bien. Si no nos cuidamos, nos agotamos, nos estresamos y no podemos disfrutar de la vida ni ayudar a los demás. Pensar en nuestro bienestar físico (dormir, comer bien, movernos), en cómo nos sentimos (estar tranquilos, hacer cosas que nos gusten), en nuestra mente (aprender, relajarnos), en nuestros amigos y familia (pasar tiempo con ellos) y en lo que nos da paz (nuestras creencias o cosas que nos hacen sentir bien) debe ser lo primero.
Cuando nos ponemos como prioridad, no es ser egoístas, ¡al contrario! Estar bien nosotros nos permite estar mejor para los demás. Así podemos enfrentar los problemas con más fuerza, ser más felices y tener una vida más plena. Cuidarnos es la base para todo lo bueno en nuestra vida. En Mente Sana estamos aquí para guiarte y acompañarte en la selección del mejor especialista, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.
Referencias
Queralt Vilanó (2024), Estrategias efectivas de autocuidado.